![]() |
Fotografía: Ángel Hernández Segura |
ESE CORAZÓN
Hace rato que no paras de decirlo,
con esa mirada de niña enamorada
con esa mirada de niña enamorada
todos los te quiero se te escapan
y a mi pobre corazón dejan herido
y herido de amor resta en mi pecho
ajeno y ausente a su trabajo,
bombear mi sangre ha olvidado
y ya sólo te tiene a ti por dueño.
Yace pues dormido entre mi carne
cuando estiro el cuerpo sobre el lecho
y allí me acompaña quiera o no,
nunca sé si dormido o si despierto,
pero siempre cantando una canción
que me trae aromas y me inspira versos.
¡Ay, dios, cuánto yo quiero
a ese corazón tan traicionero!
Ángel Hernández Segura
No hay comentarios:
Publicar un comentario