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Fotografía: Ángel Hernández Segura |
EN LA ESPERA
Hay un triste
silencio ante mis pasos,
un no saber
qué hacer, un no te entiendo,
hay un miedo que
corroe mis pensamientos,
con curare hay
una flecha de filos aguzados.
Fuera todo
aparenta calma, pero libran batalla mis adentros,
me entrego
algunas veces resignado
y otras veces
–aun muriendo- alzo mis brazos
y me aferro
al clavo ardiente de un recuerdo.
La evocación
de tus palabras, sentimientos,
ganando unos
minutos, abriendo una fisura,
un paréntesis
de esperanzas y de dudas,
implosionan
sin remedio y con estruendo.
Rige Chronos
la estela de mis tiempos
y entre las
dos fronteras de sus filos
se desplazan
inestables equilibrios
de finales
que ni tú ni yo queremos.
Hay un triste
silencio y un tentador vacío
cada vez más
real y más cercano,
un dolor que
mantiene atenazados
los dedos de
tus manos y los míos.
En la espera
de un último segundo, de una palabra,
mueren mis
ánimos pero restan atentos mis oídos
al atisbo de
una voz, de una llamada, del milagro frío
de los besos
que aún te queden en mi cara.
Ángel Hernández Segura