miércoles, 31 de agosto de 2011

QUE VENGA YA MAÑANA


Fotografía: Á Hernández Segura


 QUE VENGA YA MAÑANA


Me has dicho que me quieres,
esta vez de forma sosegada;
te escuché desde la paz
que infundiste a tus palabras.
He notado como primero me mirabas
y  luego se abrió paso la voz,
segura... enamorada.
Se ha roto el tedio de la tarde sin ti;
ahora... ya puede venir mañana.

Ángel Hernández Segura

LUNAS BLANCAS


Fotografia: Á Hernández Segura


     LUNAS BLANCAS

Es el mundo tan pequeño,
aunque, torpemente, tan redondo...
que a veces se diría
que andan las vidas repetidas
ajenas a las otras
y a veces incluso a sí mismas.
Andamos a tientas tantas horas,
añoramos lunas blancas luminosas,
miramos hacia arriba
y tantas veces suspiramos
que a menudo olvidamos
que lo más bello está tan cerca de nosotros;
ajenos a lo próximo... cegamos,
desoímos los sonidos
y, creyendo que la felicidad es eso,
acabamos olvidando los caminos
para querer caminar sobre el océano.

Ángel Hernández segura

martes, 30 de agosto de 2011

ME QUEDARÉ CONTIGO



ME QUEDARÉ CONTIGO...

Sólo si te desnudas lentamente,
sin dejar de mirarme
y me ofreces, abrazándome,
la savia de tus pechos relucientes.
Estaré contigo solamente
si serpenteas mi cintura con tus piernas,
si aceptas que ondeen mis banderas
en el monte de tus muslos y en tu vientre;
estaré, si tú lo quieres,
de espaldas a la luna... viéndote.

Ángel Hernández Segura

TE LEO




Fotografía: Á. Hernández Segura
   
Te leo, siempre perplejo;
yo creí que manantiales
nacían sólo en la montaña
y cuán equivocado estaba,
nunca vi que tanta agua
pudiera salir del alma.
Aquí me tienes, inmóvil,
los ojos fijos leyendo,
viendo el tiempo detenido
viendo los versos fluyendo
en la orilla de tu río.

Ángel Hernández Segura

AMADA MIA



Fotografía: M.J. Rodriguez Barberá

  ____________   AMADA MIA

¿Por qué no nos regalamos
nuestro tiempo y nuestras manos?
¿Qué te parece si ahora...
si ahora mismo nos besamos,
y que te parece si luego,
previos cálidos abrazos,
me dices tú que me quieres
y yo digo que te amo?
Pienso yo que si juntamos
besos, abrazos y manos,
un te quiero y un te amo,
algo hermoso habrá nacido
y habrá flores sin ser Mayo,
fiesta habrá sin calendarios;
habrá un amor ordinario
donde no manden festivos;
no habrá día de enamorados,
pues yo te querré en domingos
igual que lunes y sábados;
también  te querré los martes,
los jueves.....y el calendario
sabrá que todos los días
son de amor... aniversario.

Ángel Hernández Segura

PERFUME SUTIL


Fotografía: Á. Hernández Segura
Yo ya no quiero ser príncipe
ni rosa de ningún desierto,
hoy me conformo con ser
tu platónico secreto,
ser un rayo de esa luna
que se refleja en tu lecho,
ser luz en tu piel desnuda
y en tu pasión desenfreno,
ser cielo cuando amanezca
y de tus frases el verbo,
de tu cocina el tomate
de tu gazpacho el pimiento,
de tu sartén la sardina
y el vino de junto al fuego
para esas noches de invierno
en la alfombra de tu suelo,
con la chimenea ardiendo,
donde chispeen las ascuas,
donde reluzcan los besos,
donde abriguen los abrazos,
donde ambos nos sintamos
fundidos en fuego eterno.

Ángel Hernández Segura

sábado, 27 de agosto de 2011

LA VIDA MUERTA

Fotografía: Á Hernández Segura
LA VIDA MUERTA
La vida está llena de horas muertas.
En realidad, es escaso el tiempo que nos queda;
todos los hechos trascendentes
están llenos de esperas,
de sueño, de gestos que se pierden,
de inútiles fronteras.
Oímos, miramos, presentimos
y callamos tantas veces
que se tuerce la vida en un bucle inconsecuente.
Se repiten el sol, la lluvia, el viento,
el mar en su bramido de socorro,
el azul y el gris de un mismo cielo
para crear en su insistencia la ocasión
de convertir en hechos el letargo,
la pausa en movimiento, el lamento en risa
y en beso el tímido esbozo de unos labios.
Insisten los recuerdos negándose a perecer
en un ocaso de rojos inermes,
de brasas extintas, de arenas estériles.
A veces, cuando faltan las fuerzas,
engendra locura la duda;
cuando siguen cerradas las puertas,
cuando brazos y piernas  están en igual dirección
apuntando rendidas al suelo,
cuando –aun siendo sólo dos palabras-
nadie pronuncia un “te quiero”.

Ángel Hernández Segura