miércoles, 16 de noviembre de 2016

NO HUBO TIEMPO

Fotografía: Ángel Hernández Segura























NO HUBO TIEMPO, HUISTE AL ACTO…

Todo necesita su tiempo; las semillas para emerger y fortalecerse,
un vientre  nueve meses y hasta las tormentas precisan de sus días
antes de rugir y devastar, antes de regar y dar la vida;
pero nosotros tuvimos un espacio discontinuo, insuficiente,

el silencio interminable de un reencuentro breve
que yo transformé en versos y añoranzas
asiéndome a unos hilos de esperanza,
llenando tú de amor todas tus cartas, como siempre.

Sembraste, lejos de mí, un jardín frondoso
y yo pude sólo regar un huerto de palabras.
No hubo tiempo, faltaron tantas madrugadas…
abrir -viendo tu cuerpo desnudo- mis ojos.

Nada pudo mitigar mi sufrimiento ni darme por vencido,
Te fuiste, tuviste que marchar, lo entiendo
me quedó llorar, herido de tu ausencia, recogiendo
las migajas de los pasos perdidos de un camino,

las cosas cotidianas y aburridas que perdimos los dos,
y todas las irrelevancias de un amor tan duradero,
faltó la fragua roja en que Vulcano martilleó el acero
y el agua fría con el abrazo azul que lo templó.

No hubo tiempo, mi amor, no hubo tiempo.


Ángel Hernández Segura

martes, 1 de noviembre de 2016

FRAGMENTO

Fotografía: Ángel Hernández Segura

FRAGMENTO

No hubo tiempo, huiste al acto, callada,
cual rosa espinada, cual daga amorosa,
yo dejé un poema clavado en tu espalda,
dejé unas palabras en pos de tu sombra.


Ángel Hernández Segura

jueves, 1 de septiembre de 2016

ES FÁCIL PENSAR EN TI


Fotografía: Ángel Hernández Segura
ES FÁCIL PENSAR EN TI

Es fácil pensar en ti. Basta con abrir los ojos y mirar a cualquier parte;
calles, playas, mar y rocas guardan como tesoro valioso el aire que respiramos.

Es fácil pensar en ti. Basta con cerrar los ojos y todo es imaginarte;
se queda el tiempo parado en el temblor de tus miedos y me recorren tus manos.

Es fácil pensar en ti. Ni un solo rincón de mi cuerpo pudo jamás olvidarte.
Puntos suspensivos, pausa y un paréntesis abraza el punto en que nos quedamos.

Es fácil pensar en ti. Ha quedado en mí tu rastro y no cesé de buscarte;
quedó un hombre enamorado condenado para siempre, preso de un sabor de labios.

Es fácil pensar en ti. En la brújula que me legaste, el norte apunta a tu calle,
Llevantina sigue azul y el sol de tarde revive paseos de largos abrazos.

Es fácil pensar en ti…  Es imposible no amarte.

Ángel Hernández Segura

domingo, 21 de agosto de 2016

PROSAS: Domingo y febrero

Fotografía: Ángel Hernández segura
PROSAS: Domingo y febrero

Domingo y Febrero. Hay mimosa  con vivos amarillos vistiendo la mesa de madera que tantos años lleva siendo protagonista del salón comedor. Cuadros de mar y recuerdos cuelgan de la memoria de las paredes y siguen todavía vigentes verdes y azules estridentes y verticales. Algún día blanquearé toda la casa y quizás eso permita que nuevos aromas la impregnen y que la visiten algunos extraños que ahora no se atreven a llamar a la puerta.
El jardín anda desaliñado, repleto de verdes espontáneos, paciente. Matuja y Coco, mis gatos, reinan en la paz del patio trasero, relajados y atentos a la vez. Yo estoy en la cocina, cebolla y champiñones, una salsa que vestirá los entrecots a la plancha y el arroz basmati de guarnición.
En la mesa de apoyo, en papel de reciclaje, esbozo estas notas en compañía de manzanas, peras, caquis y aguacates.
A fuego lento -no quiero sobresaltos- avanza la receta y el reloj se aproxima a la hora de la cita.
Es Domingo, ya lo dije ¿no?, pero podría ser cualquier otro día; tengo ahora tiempo suficiente, todo el que la lesión de mi pie me obliga a guardar en relativo descanso.
Observo que el abeto de mi vecina sobrepasa de largo el dintel de la ventana. ¡Cuánto ha crecido! Recuerdo cuando asomaba tímidamente por la celosía roja de la pared medianera. Piñas y hojas tenían la mala costumbre de caer en mi terraza. Se llamaba Ramona mi vecina, una mujer de carácter áspero. Me costó tiempo y esfuerzos ganarme su confianza. Lo cuento en pasado porque ya falleció y, a pesar de los malos ratos que me hizo pasar, ahora añoro un poco su malhumor. Sus motivos tendría para andar siempre a la greña y de mala uva, que ya se sabe que está feo eso de juzgar a los difuntos.

Ángel Hernández Segura

domingo, 10 de julio de 2016

NO CREAS QUE NO TE QUIERO

Fotografía: Ángel Hernández Segura

NO CREAS QUE NO TE QUIERO

No creas que no te quiero.
En mi silencio guardo las palabras,
tras las rejas del final de mi garganta,
esperando un suspiro, cualquier gesto
que libere mi pausa de su cárcel,
para volver a ser como era antes
y mirarte a los ojos sin complejos.

No creas que no te entiendo.
Andaba entre recuerdos rebuscando
y escarbando en los relojes del pasado,
dejé de ser el dueño de mi tiempo,
se hizo astillas la madera de mi barco,
sus velas un trapo desgarrado
y náufragos de playa mis empeños.

No creas que no me esfuerzo.
A la distancia de tan sólo dos palabras
la fuerza de mis miedos me atenaza
mientras tú navegas sola por tus sueños
calmando las tormentas con abrazos,
en lo oscuro siendo luz de candelabro
y ahogando las iras con tus besos.

No creas que no me muero.
En su lecho mi rostro languidece,
unos pasos antes firmes hoy se pierden
en la búsqueda de mi único remedio.
Cuando marché de ti me fui tan lejos
que si a la luz del alba aún no he vuelto,
no creas, mi amor, que no te quiero.

Ángel Hernández Segura

sábado, 2 de julio de 2016

PUES QUIÉREME

Fotografía: Ángel Hernández Segura

PUES QUIÉREME

Pues quiéreme también cuando enloquezca,
quiéreme cuando en mi desvarío
sueñe con la justicia social
y el reparto equitativo,
cuando luche porque se entregue al pobre
todo aquello que le sobre al rico.
Quiéreme también cuando en mi canto de paz
desafine mi voz en su fatiga,
cuando abriendo senderos a la vida
se equivoquen mis pasos de camino
y olvide regresar hasta tus brazos;
quiéreme tanto como yo te quise
en los días que ahora tan sólo recordamos.
Espera…  y en tu espera sé amorosa
como la lluvia que cae sobre el secano.

 Ángel Hernández Segura

domingo, 19 de junio de 2016

EN EL CALLEJÓN DE TU MIRADA

Fotografía: Ángel Hernández Segura

EN EL CALLEJÓN DE TU MIRADA

Yo iba “a mí qué me importa”, camisa blanca,
tú lucías un moderno corte de pelo;
yo, largo en pamplinas y finos verbos,
tú, inmune a todo, parca en palabras.

Han pasado los años, sigue presente
el olor a hierba frente a tu casa
al darme de bruces con la mirada
del callejón de tus ojos verdes.

En seguir tus pasos puse mi empeño;
yo iba y venía, tú regresabas,
algo ceñido un azul tejano, zapatillas claras,
cruzado al hombro un bolso de cuero.

Sin pretenderlo me enamoraba,
torpes intentos de bar y fiesta,
eran revuelo, mi tiempo y meta
las primaveras que atesorabas.

Quise yo entonces, necesitaba,
poner un nombre a esa figura
y fue esa noche cuando la luna
abrió el secreto que tú guardabas.

Desde entonces, prisionero para siempre,
en la noche de mis sueños sin palabras,
perdido en el callejón de tu mirada,
conviven mis silencios y tus ojos verdes.

Ángel Hernández Segura

sábado, 4 de junio de 2016

ACACIAS



ACACIAS

Han llegado las acacias, dulce néctar suspendido.
Han llegado las acacias con sus campanillas blancas.
Llegaron las esperanzas vestidas de primavera,
cuando más las requería, como una fruta temprana.
Vinieron a recordarme cosas de cuando era un niño,
colgando dulces sarcillos donde antes no había nada.
A la puerta de mi casa abril llegaba florido
y volvían a cobrar vida ramas secas y agrietadas.
Ordeñaba los racimos y los llevaba a mi boca;
eran tiernos caramelos que en mis manos rebosaban.
Hay susurro entre los olmos que se asomaban al Fardes,
cuando me faltan las fuerzas llega música de agua,
el camino con la carga que acarreaban los mulos,
el tintineo de la acequia, esa en la que jugaba.
Busco paz en los recuerdos de tomillo y de romero,
el sol quema los pañuelos, los hombres sudan y cantan;
gritan, corren, se divierten inocentes en sus juegos,
los niños sólo son niños, ser niño es cosa del alma.

Ángel Hernández Segura

jueves, 28 de abril de 2016

AÑORO


Fotografía: Ángel Hernández Segura

AÑORO

A través de los desiertos de tus pasos
añoro tus besos sin remedio;
imposible, del todo imposible imaginarme
los días que me queden sin tu tiempo.

A veces a mis horas emergen tus pecados
y lo perverso de ser quien sigues siendo;
me pierdo en los senderos que anduvimos,
se entabla una contienda entre recuerdos.

Afloran inocentes tus rojos indelebles,
preludio de todos los infiernos,
la sal desparramada por la mesa,
el frio ardiente del suelo en nuestros cuerpos.

Añoro todo cuanto se fue con tu marcha,
a pesar de los pesares yo te quiero,
es ya hielo el aire de tu ausencia
y mi esperanza de ayer es desespero.

Si te puede llegar, hoy te lo mando,
¿Un mensaje de gestos para ciegos?
sigo estando donde estuve siempre
y en mi locura de amor aún te espero.

Ángel Hernández Segura

domingo, 10 de abril de 2016

NO TE AFLIJAS, MI AMOR

Fotografía: Ángel Hernández Segura
NO TE AFLIJAS, MI AMOR

No te aflijas, mi amor,
aunque me vaya seguiré estando,
cuando muera, tú serás yo
y yo seré tú de vez en cuando.

Fueron verdes  los días a tu lado,
se inclinaba la risa de los chopos a tu paso,
recodos de besos y zarzamoras de sombra
encubrían nuestros abrazos.
No quise doler a nadie
hice brotar muchas lágrimas buscando
bálsamos para unos males
que nunca cicatrizaron.

Pero no te aflijas, mi amor,
aunque me vaya seguiré estando;
cuando muera, tú serás yo
y yo seré tú de vez en cuando.

Un camino de tierra herido de agua
-volver a jugar con tus cabellos-
conducía la tarde hasta tu casa
-distraían mis dedos los regresos-
me despedía una pícara sonrisa
-peinando ondulaciones en el viento-
y se tornaba espera interminable
-el aire de la vida era tu aliento-

No, nunca te aflijas, mi amor,
aunque me vaya seguiré estando
y cuando muera, tú serás yo
y yo seré tú de vez en cuando.

Ángel Hernández Segura