Fotografía: Ángel Hernández Segura |
Desde fuera,
he de verte desde fuera.
Hubiera deseado ser la propia médula,
la vertebral del rayo,
pero son mis ojos, desde fuera,
unos ojos tristes deslumbrados.
Con poco me conformo:
saber que estás, intuirte desde lejos,
lanzar una proclama desde fuera.
Sólo encuentro corazas en mi intento
de llegar al núcleo, irrenunciable meta,
de ser espacio y tiempo desde fuera.
Contemplo, desde fuera, tu ir y venir,
el cierre impenetrable de una puerta
la piel resbaladiza de tu esencia,
la lenta languidez de mi existencia.