martes, 21 de febrero de 2017

DE TU LLAMADA


DE TU LLAMADA

De la alegría de tu voz, de la feliz sorpresa de tu llamada,
pasé en pocos minutos al vacío, a comprender
que no debía buscarte más, que ya nunca te encontraría
si tú no querías ser encontrada.

Tomé tu figura amada de bella porcelana,
la acaricié, la besé por última vez, la deposité
 en la barca del recuerdo y corté la cuerda de su amarre
sabiendo cuán lejos la llevaría la tramontana.

Mar adentro, sin posibilidad de retorno, consciente de mi pérdida,
mi rostro, que tantas veces escudriñó el horizonte en tu búsqueda,
viró lentamente, agua y sal en los ojos, vencido,
sin más qué decir, pues todo quedó dicho en mis poemas.

 Quedaré en silencio y mis ojos ya nunca querrán verte,
dormidos para siempre en un sueño sin sueños
y hasta que llegue el día, el preciso momento de ser todo,
agua, arena, aire... que nadie me despierte.


Ángel Hernández Segura

miércoles, 8 de febrero de 2017

EN LA ESPERA

Fotografía: Ángel Hernández Segura























EN LA ESPERA

Hay un triste silencio ante mis pasos,
un no saber qué hacer, un no te entiendo,
hay un miedo que corroe mis pensamientos,
con curare hay una flecha de filos aguzados.

Fuera todo aparenta calma, pero libran batalla mis adentros,
me entrego algunas veces resignado
y otras veces –aun muriendo- alzo mis brazos
y me aferro al clavo ardiente de un recuerdo.

La evocación de tus palabras, sentimientos,
ganando unos minutos, abriendo una fisura,
un paréntesis de esperanzas y de dudas,
implosionan sin remedio y con estruendo.

Rige Chronos la estela de mis tiempos
y entre las dos fronteras de sus filos
se desplazan inestables equilibrios
de finales que ni tú ni yo queremos.

Hay un triste silencio y un tentador vacío
cada vez más real y más cercano,
un dolor que mantiene atenazados
los dedos de tus manos y los míos.

En la espera de un último segundo, de una palabra,
mueren mis ánimos pero restan atentos mis oídos
al atisbo de una voz, de una llamada, del milagro frío
de los besos que aún te queden en mi cara.


Ángel Hernández Segura