lunes, 25 de abril de 2011

A DOS LUNAS


Bésame pues,
mímame antes de que duerma,
deposita en la alforja de mi sueño
tu alma llena de ternura;
quiéreme antes y luego,
durante y después;
bésame aunque yo no te lo pida,
aunque aparente no quererlo,
abrázame a mi pesar,
dame tu aliento,
concédeme la vida,
otórgame tu amor por decreto;
tú, sólo tú
sabes cuánto te necesito.

Ángel Hernández Segura