viernes, 4 de julio de 2014

SEDIENTA DE LUZ

Fotografía: Ángel Hernández Segura
SEDIENTA DE LUZ
Ocuparé de noche el lado de la cama en que dormías tú,
así, al extender los brazos, no encontrando a nadie,
aceptaré que te fuiste, que eras flor imposible sedienta de luz.

Forzaré la sonrisa, lavaré de mi cara los indicios de llanto;
disipada tu huella de calor en las sábanas; cepillando mis dientes
recordaré aquel beso –hoy por última vez- que pintaste de blanco.

Es la última vez, de hoy en adelante juro no mencionarlo.
Te incluiré en el capítulo de realidades vividas y tiempos finitos;
ya no querré nunca –hoy es la última vez- imaginar tu tacto.

Te pondré, junto a otros tesoros, en el fondo de un viejo baúl;
bogaré hasta mares lejanos de improrrogables naufragios;
hundiré mi barco astillado, rojo donde rosa, negro donde azul,
tú serás por siempre una  flor imposible sedienta de luz.


Ángel Hernández Segura

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