Fotografía: Ángel Hernández Segura |
ENVEJECER ES TAMBIÉN
Ver crecer el fruto de
tu duro esfuerzo,
encender un fuego de
leña de encina,
mirar a la cara, pasear
sin prisas,
sentir en el rostro
caricias y besos,
Tener una pluma, y
escribir los versos
que las musas susurran y
el alma te dicta,
estar a cubierto y asido
a manos amigas,
sentarse a la sombra, disponer
de tiempo.
Sentirse orgulloso de
estar en lo cierto,
ver en la sonrisa de la
mujer que mimas
que valió la pena, que es
toda tu vida;
ver promesas de agua surcando
los cielos.
Ser en la cocina
aprendiz y maestro,
que sean festivas todas
las citas,
ver como se acerca la
hora infinita
y, siendo de todos, ser
tu propio dueño.
Ángel Hernández Segura
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