Fotografía: Ángel Hernández Segura |
ESTA NOCHE
Esta noche, no vayas a preguntarme por qué,
me siento apagado, en letargo,
igual que cuando llega cada año
la estación que acarrea el frío
No me preguntes por qué, no sabría hablar,
duermen mis palabras cuando escribo
y corren cuesta abajo como el río
que no encuentra el momento de parar,
corren como corre el niño,
con vocablos incapaz de pronunciar.
Miento si digo que es hambre o es tristeza,
parece aquel temblor que provoca el miedo,
parece ser la nieve cuando arrecia,
es la lengua que al paladar se pega.
Quedan mis manos, por momentos,
clavadas al borde de la mesa
y viaja mi mirada apenas
sin combustible que pueda transportarla;
es el aire del norte, sin querer me hiela
y no sé ni siquiera si me quedan
letras suficientes para poder cerrar este poema.
Es el viento del norte... y ahora quema.
Ángel Hernández Segura
Te han quedado las letras suficientes para cerrar este hermoso y melancólico poema: "Es el viento del norte... y ahora quema."
ResponderEliminarAvec cette vieille porte close et ce surprenant poème
ResponderEliminartu donnes à penser qu'il n'y a plus de belle fenêtre ouverte comme avant pour les muses,
et , qu'il n'y a plus d'inspiration...
Nous n'y croyons pas du tout !