Hoy veo tus ojos, Candela, entornados, pequeños;
veo risueños tus labios y
abrazados tus brazos por fin
al calor de una madre adorada y
feliz;
hoy te abrigan tus padres
sedientos de ti.
Conocerás las voces que
escuchabas adentro;
es tu hora y ahora darás forma y
tonos
y serás el encuentro que
esperábamos todos.
En un día de marzo, veintiocho ya
siempre,
Ha hecho el tiempo una pausa en
la quinta luz
Y ahora nada se entiende sin que
no estés tú.
Candela, vamos a quererte,
vamos a quererte,
todos vamos a quererte.
A nuestra Candela
Ángel Hernández Segura
28 de marzo de 2022
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