Fotografía: Ángel Hernández Segura |
Un día como hoy arribó hasta tu orilla mi
desconsuelo,
reposó mi fatiga en tu vientre, recuperé
las fuerzas,me guió el espejismo que aleteaba en tus ojos
y la aridez de mis labios bebió de las islas de tus pechos.
Supe que me esperabas, yo llegué de muy
lejos,
lo pregonaron tus brazos muy ceñidos a
mí,lo repitió el insistente caudal de tu boca
y me perdí en el tiempo del vaivén de tu cuello.
Un techo de sábana y un mullido suelo
fueron casa y cobijo de una jauría de
fieras,configuraban mis manos caricias de arcilla,
formas vivas y dunas al capricho del viento.
En
la sed de la vida compartimos alientos,
construimos imperios, cayeron corazas,rompimos los hielos, trazamos caminos,
esta vez convencidos de ser ciertos los sueños.
Ángel
Hernández segura
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