EL PASAJERO
Se asomó
el brillo de tus ojos al espejo
y
reflejó también
el
color amarillo de tu pelo.
Viendo
que eras bella,
por
momentos empezaste
a sonreír.
En
tus anhelos
pusiste
a lo sencillo un alto precio.
Si
una vez te sentiste enamorada,
ya
pasó.
Si
una vez tuviste un amigo,
ya
se fue.
Si
tuviste mi calor...ya
se apagó.
Ya
marchó el amigo,
ya
se fue el amor,
ya
sólo quedas tú...
y
aquel maldito espejo que
brilló.
A
Luisa.
Ángel Hernández Segura
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